Panorama general de la poesía actual en España

Una manera de empezar a interesarse por algo es ver que tiene relación con la actualidad. Por eso, siguiendo con ese propósito de Maresía de acercar la poesía al público general, he creído conveniente hablar sobre la que se está escribiendo ahora en España (en futuros artículos en Hispanoamérica y otros países) en español. ¿Quiénes son los Góngora, Bécquer, Rosalía de Castro, Machado, García Lorca o Gloria Fuertes de la actualidad? ¿Qué se escribe? ¿Qué se puede leer?

 Los clásicos actuales

Dentro de la poesía actual podemos encontrar ya clásicos, escritores con una larga trayectoria (nacidos en torno a los 50-60) que han servido de referencia para los más jóvenes. Son nombres como Miguel d’Ors (1946), Eloy Sánchez Rosillo (1948), Ana Rossetti (1950), Olvido García Valdés (1950), Luis Alberto de Cuenca (1950), Chantal Maillard (1951), Luis Antonio de Villena (1951), Jaime Siles (1951), Ángeles Mora (1952), Andrés Sánchez Robayna (1952) Luis García Montero (1958), Blanca Andreu (1959), Karmelo C. Iribarren (1959) —uno de los más cercanos a generaciones posteriores—, Felipe Benítez Reyes (1960), Carlos Marzal (1961), Benjamín Prado (1961), Aurora Luque (1962) —reciente ganadora del Premio Nacional de Poesía—, Amalia Bautista (1962), Roger Wolfe (1962), Jorge Riechmann (1962), Vicente Gallego (1963), Juan Antonio González-Iglesias (1964), Diego Doncel (1964), Álvaro García (1965)…

La poesía de estos autores destaca por un tono en general elevado, aunque de tema cotidiano, en algunos casos con cierta herencia de poetas de la generación del 50 como Ángel González o Jaime Gil de Biedma. Algunos son algo crípticos, pero hay otros más accesibles como Benítez Reyes o García Montero, este último con versos como los conocidos

Si el amor, como todo, es cuestión de palabras,
acercarme a tu cuerpo fue crear un idioma

de Completamente viernes (Tusquets, 1998). Y de otros también encontramos cosas muy interesantes, como esto de Marzal de La vida de frontera (Renacimiento, 1991):

De vivir nos consuela sólo el arte,
que es estar con la gente, sin la gente.

O esto de Aurora Luque, de Problemas de doblaje (Rialp, 1990):

El cuerpo amado nunca
es solamente un cuerpo.

Además, siguen en activo poetas con aún más larga trayectoria como Antonio Gamoneda (1931), Clara Janés (1940), Pere Gimferrer (1945), Antonio Colinas (1946) o Guillermo Carnero (1947), todos ellos más complejos para el público general.

Los jóvenes clásicos

Con un estilo algo más modernizado y natural, referencias aún más actuales y mayor libertad formal, tenemos poetas consolidados nacidos más allá de 1965 como Lorenzo Oliván (1968), Enrique García-Máiquez (1969), Itziar Mínguez Arnáiz (1972), Pablo García Casado (1972), Raquel Lanseros (1973), Mariano Peyrou (1976) —con ensayos poéticos como Tensión y sentido (Taurus, 2020)—, Joaquín Pérez Azaústre (1976), Yolanda Castaño (1977) —última ganadora del Premio Nacional de Poesía—, Andrés Neuman (1977), Vanesa Pérez-Sauquillo (1978), Ana Gorría (1979), Ale Oseguera (1982), Gloria Gil (1983), Ben Clark (1984) o Elena Medel (1985) —directora de La Bella Varsovia y gran divulgadora poética (véase Todo lo que hay que saber de poesía)—, sin olvidar a Carmen Jodra (1980-2019), que, aunque falleció, sigue muy viva en el mundo poético del momento.

De esta hornada, se pueden destacar versos como estos de Yolanda Castaño, en Materia (Visor, 2023):

La gente ansía multiplicarse.
Yo
me dividiría.

O estos de La isla que prefieren los pájaros (Calambur, 2014) de Pérez-Sauquillo:

En campos de silencio
las estrellas que caen
siempre germinan.

Las nuevas generaciones

Y hay poetas que siguen esta estela, pero son aún más jóvenes, nacidos ya en torno a los 90. Entre ellos se encuadran Rodrigo Olay (1989) —un maestro del soneto en pleno siglo XXI—, Paula Bozalongo (1991), Juan F. Rivero (1991), Emily Roberts (1991), Álvaro Macías Rondán (1992), Rodrigo García Marina (1996), Irene Domínguez (1996), Juan Gallego Benot (1997), Rosa Berbel (1997), Natalia Velasco (1998), Mario Obrero (2003)… Tienen versos como estos de Los planetas fantasma (Tusquets, 2022) de Berbel:

el mundo es imperfecto, el agua siempre
se derrama en el lugar
inapropiado.

De entre estos, se puede aislar un tipo de poesía algo menos artificiosa, casi prosaica a veces, pero que refleja con verdadero acierto el día a día (se podría llamar poesía profunda cotidiana), con representantes como Sergio C. Fanjul (1980), Martha Asunción Alonso (1986), Marc J. Mellado (1990) —autor en Maresía—, Claudia Sánchez Caparrós (1993), Javier Calderón (1995) —maestro de lo que se puede llamar ultrapesimismo—, Carlos Catena (1995), Héctor Aceves (2001)… O, con un estilo muy personal y rompedor, Berta García Faet (1988), con versos como estos de La edad de merecer (La Bella Varsovia, 2015):

4.2. 2. Coincidir es un milagro.
4.2.3. El amor es coincidir.

Da buena cuenta de poetas como estos la editorial Valparaíso.

Los influénsers

 Precisamente Valparaíso —una editorial que muestra mezcla de ambos campos— nos sirve de enlace para pasar a los poetas influénsers, aquellos que, aprovechando el altavoz de las redes sociales, ofrecen una poesía muy básica (y razonablemente cuestionada), con sentimientos muy directos expresados en fórmulas atractivas, cercanas al espónsor —tomo esta comparación de Martín Rodríguez-Gaona en Contra los influencers (Pre-Textos, 2023)—, pero de maneras más que gastadas. Con publicaciones en editoriales como Aguilar o Espasa que han logrado grandes ventas, quizá el más destacado sea Defreds (1984) —que curiosamente ha afirmado no escribir poesía—, pero hay otros muchos autores exitosos como Patricia Benito (1978), Irene X (1990), Bebi Fernández (1992), Miguel Gane (1993), Loreto Sesma (1996), Marta Soliño (1998), Manu Erena (2005)…

Se suelen relacionar con estos, por su presencia en redes, pese a que su propuesta es más poética, autores como Escandar Algeet (1984), Ángelo Néstore (1986), Luna Miguel (1990), Sara Búho (1991) o Elvira Sastre (1992). Si hubiera que decir de alguien que es la gran poeta del siglo XXI, posiblemente esa sería Elvira Sastre. Con una obra que llega a tener destellos deslumbrantes, ha conseguido conciliar las redes con la profundidad poética, lo que la ha llevado a generar largas colas en sus firmas y a la vez a publicar en Visor. Como ejemplo de sus versos, sirvan estos tan celebrados de Aquella orilla nuestra (Alfaguara, 2018):

Lo otro eran simulacros.
Tú eres el incendio.

Aunque no todos se pueden incluir en este grupo, cabe mencionar aquí a los muchos cantantes o músicos que han decidido probar con la poesía. Además de Joaquín Sabina y compañía, tenemos como uno de los más representativos a Marwán (1979), junto a otros como Guille Galván (1980) —guitarrista de Vetusta Morla—, Zahara (1983), Rayden (1985) y, más lejanos de lo influénser, Ismael Serrano (1974) o Kutxi Romero (1975) —cantante de Marea—.

Enlazando con el mundo del famoseo se puede destacar a Ángel Antonio Herrera (1964), que ha alcanzado puestos altos en las listas de ventas, y otras caras conocidas como Laura Escanes (1996) o Elizabeth Duval (2000).

 Generación Maresía

 ¿Y cómo encaja Maresía en todo esto? Pues nuestra colección ha aprovechado el nicho que deja el interés de unas editoriales por poetas más consagrados y elevados y el de otras por poetas superestrellas en redes para encontrar (más fácilmente de lo que esperábamos) grandes poetas que escriben una poesía sencilla, pero con mucho mensaje (de ahí lo de Poesía bonita y que se entiende de nuestras antologías). Entre ellos, están o estarán Lidia JuárezPaula Aparicio CejudoBeatriz MinayaEduardo GregoriBorja PitarchPilar Roig FerreruelaValle Mozas —que ha llegado a estar en la lista de los más vendidos—Mario Díaz, Natalia Peralta, Berta Algaba, Amanda Plaza, Aurora H. Camero, Paula Sánchez Santiago, Malena Ulcina Cabello, Jesús Durán, José-María Castellano-Martínez, Míriam de los RíosMaría José Coronado, Luis Acebes, entre otros. Aquí unos versos de El comienzo de Valle:

Si volviera atrás no habría esperado
a tener respuesta;
ahora sé
que el tiempo no avisa
cuando toma la decisión de
convertir a alguien
en pasado.

Todos ellos demuestran que es posible crear una poesía emocionante al alcance de todos. Y nosotros —esforzándonos por que todos los poemas salgan comentados— rematamos la faena.


Esto solo ha sido una mera muestra general de parte de la poesía que se está cosechando en España y de los poetas a los que se puede seguir. Para no perderse en el futuro, además de los artículos en nuestra web y las publicaciones en editoriales como las mencionadas y otras como Vaso Roto, Isla Elefante, Huerga y Fierro o La Isla de Siltolá, no hay que perder de vista los grandes premios (se dude o no de su integridad). Algunos de los importantes son el Adonáis (entre los últimos premiados, María Elena Higueruelo, Abraham Guerrero o Luis Escavy), el Loewe (con Orlando Mondragón entre los premiados recientemente), el Nacional de Poesía y el Miguel Hernández de poesía joven, el Hiperión o uno que a nosotros nos interesa especialmente, el Antonio Carvajal.

Naturalmente, en un mundo globalizado como el nuestro, la poesía de fuera de España es trascendental en el panorama poético, con autores como Ida Vitale (1923), Rafael Cadenas (1930), Cristina Peri Rossi (1941), Raúl Zurita (1950) o Cecilia Pavón (1973), en lo hispánico, y Anne Carson (1950), Mircea Cărtărescu (1956), Ocean Vuong (1988) o Rupi Kaur (1992), como representación de otras lenguas. Pero estos los analizaré en futuros artículos.

¿A quién más incluiríais? ¿Qué poetas os parecen claves en el panorama poético actual de España?

Juan Romeu

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