Botones por el suelo 1
Hola, soy Juan Romeu, director de Maresía, y esto es «Botones por el suelo»*, un diario poético personal que quiero compartir con todos vosotros con el fin principal de incitaros a leer poesía y, a ser posible, procurar que disfrutéis en el intento. Compartiré lo más asiduamente posible mis avances como lector y como editor de poesía. ¡Bienvenidos todos!
La semana pasada vi por X la noticia de que Lola Tórtola (Murcia, 1997) había ganado el Premio Nacional de Poesía Joven. Conocí a la autora en la Feria del Libro de Madrid de 2023 en una de mis rondas en busca de poetas a los que hablar de Maresía. Le compré, y me firmó, Los dioses destruidos (Rialp, 2023), que acababa de ser accésit del Premio Adonáis y que es el mismo por el que le han dado el Nacional. Leyéndolo ahora, he descubierto algunos puntos buenos, como el verso sobre las redes sociales que compartimos el viernes 4 de octubre en #HoyUnVerso: «tristísimos legados de ninguna de nuestras vidas».
Leo en esta entrevista de El País que Lola confiesa que no fue de esas lectoras que devoraron libros de pequeña. Es de las pocas veces que veo a alguien reconocerlo. A mí me pasó igual, lo cual seguramente ayudó a que me aficionara tanto por un género como la poesía que permite ir saltando de un poema o un autor a otro.
El título del libro de Lola está tomado de un verso de Jaime Gil de Biedma (que no de Vietnam 😉): «Pero pasaste como un dios destruido» («Las afueras IX»). Justo he estado últimamente leyendo sobre él porque aparece en un libro muy interesante que he comprado hace poco, Poemas memorables. En él se ofrecen amplios comentarios de poemas del siglo XX que fueron votados como mejores entre muchos expertos. El autor con más votos fue precisamente Gil de Biedma (por encima de Miguel Hernández, entre otros) y, si no recuerdo mal, Pandémica y Celeste es el poema más votado. Con el libro se descubre, por ejemplo, que Pandémica y Celeste son dos dimensiones de Afrodita, la más sensual y la más sexual (lo que sin duda ayuda a interpretar el poema). Ya sabéis lo fan que soy de la poesía comentada.
Otro de los autores que aparecen en esa antología es Antonio Colinas. Lo menciono porque justo me saltó también por X una entrevista suya con una frase destacada que me gustó: «Una Europa que desprecia la cultura no es Europa». Reconozco que es un poeta que me cuesta, pero los comentarios en Poemas memorables de Sepulcro en Tarquinia (su famosísimo poemario) me reconcilian un poco con él (y casi con Gimferrer los que se incluyen de Arde el mar).
Continúo, además, leyendo poesía de la Edad Media para apoyar a Emilio Jaramillo en la escritura del que será el primer número de la serie de historia de la poesía que quiero publicar en Maresía (el número cero sería Nos lo scusurran les bentos, donde se habla de las jarchas). Sin afán de hacer espóiler, he descubierto algún que otro pelotazo, como la esparsa (un tipo de poema monoestrófico del siglo XV; yo tampoco sabía lo que era hasta hace poco) de Jorge Manrique que empieza «Callé por mucho temor». Además, he leído algunas cosas de Florencia Pinar, que aparece en el listado preliminar de poemas escogidos que me envía Emilio.
Y poco más. El día que termino esta primera entrega se sabe que la nueva ganadora del Nobel es Han Kang, a la que apenas conozco, pero que creo que no escribe poesía.
Espero que os gusten estas entregas personales y, sobre todo, que os animen a leer poesía. Nos vemos en la siguiente.
* Ya se pueden escuchar en Spotify todos los programas.