El comienzo

Valle Mozas Ubago (Logroño, 1999) escribe sobre el arte de comenzar. A través de cinco capítulos («El origen», «El nacimiento», «El principio», «El inicio» y «Las semillas»), la autora observa en El comienzo (2023) cómo todo lo que alguna vez ha empezado lo ha hecho gracias a una serie de comienzos previos, conectados todos entre sí. Su poesía, íntima y confesional, irrumpe a través de versos directos y sencillos que recaen sobre capítulos marcados por diferentes y nuevas formas de vivir y de sentir.

Cada poema aparece comentado por la propia autora, con la finalidad de acercar su poesía a quien decida compartir este comienzo. La incómoda pregunta de qué lugar nos corresponde en el mundo y su respectiva y solitaria búsqueda, la necesidad de seguir un rumbo verdadero y no establecido, la celebración del amor en todas sus formas y la aceptación propia confluyen en una amalgama de luces y sombras. «Si los sueños fuesen fáciles, se llamarían deseos», escribe la autora. Anhelos y frustraciones juegan juntos en un viaje hacia la cambiante percepción de la realidad, el autoconocimiento y la evolución de las emociones, para así demostrar que siempre se está a tiempo. El amanecer empieza diciendo que todo acaba, pero, como escribe la autora, «todos los finales son comienzos disfrazados».

Esta obra, con prólogo de Juan Romeu, fue publicada gracias al programa Becas INICIA 2023 del Ayuntamiento de Logroño. Ha llegado a estar entre los diez libros más vendidos de poesía de toda España.

En este poemario, podrás encontrar poemas como «Cosas felices» o este:

TARDE, OTRA VEZ

No tiene mucho sentido que te escriba ahora,
ahora que no puedes leerme,
pero estamos en esa época del año
en la que la calidez del otoño
se ha distorsionado
hasta convertirse poco a poco
en los arañazos del invierno
y nadie se ha dado cuenta
hasta que ha tenido frío,
como siempre,
cuando ya es tarde
para volver a casa y coger un abrigo.
Quizá por eso no he sido capaz
de escribirle a nadie más.

No te veo desde hace tres años,
y digo no te veo porque pensar
que es recíproco sepulta
todo atisbo de esperanza humana.
Se acerca febrero y
tu cumpleaños es tan cercano al mío
que hace que celebrar la vida
parezca una broma cruel.

He pasado tantas veces por tu calle
que ha dejado de ser tuya,
pero cuando tu portal
queda a mi izquierda
siempre miro dentro
y del portal también.

Me perseguirá toda la vida
no saber si leíste mi mensaje,
el último,
en el que te propuse llamarnos.

Créeme.

Si volviera atrás no habría esperado
a tener respuesta;
ahora sé
que el tiempo no avisa
cuando toma la decisión de
convertir a alguien
en pasado.

Te escribo tarde,
otra vez.
Lo siento.

Daniel Ferrera escribió esto sobre el libro.

Comentarios

Deja el primer comentario