Nombres de amadas

En poesía se usan nombres genéricos de amadas como Fili o Filis, Filena, Lisi, Clori o Belisa.

Los poetas en muchas ocasiones recurren a un nombre distinto para referirse a la amada, ya sea por ocultar el verdadero o por puro afán poético.

Entre esos nombres, está Fili (o su variante Filis), que usaron, entre otros, Francisco de Rioja (1583-1659), por ejemplo en «Aunque pisaras, Fili, la sedienta / arena qu’en la Libia Apolo enciende…», o Vicente García de la Huerta (1734-1787), por ejemplo en «Necio, atrevido y loco me apellida, / Fili, tu injusta condición ingrata…».

Otro nombre es Lisi (o sus variantes LisisLísida). Lo usaron, entre otros, Quevedo (1580-1645), por ejemplo en «Esta, por ser, ¡oh Lisi!, la primera / flor que ha osado fiar de los calores», o Vicente García de la Huerta (1734-1787), referido a Margarita Hickey, por ejemplo en «Si pretendes por despojos, / Lisi, los alientos míos, / ¿qué has menester de desvíos, / cuando te sobran tus ojos?».

Y también se han usado nombres como Filena, Eliodora, Aglaida, Aglaya, Laida (o Layda), Lesbia, Egle, Clori, Lice, Aminta, Belisa, Flor…

¿Os habéis encontrado con alguno de estos nombres leyendo poesía? ¿Conocéis algún otro?

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