Botones por el suelo 2

Diario de un editor de poesía

Antes de nada, pido disculpas por un error del primer programa: el poema más votado de Poemas memorables no es «Pandémica y Celeste», como dije, sino otro del mismo autor, «Contra Jaime Gil de Biedma», el de 

Podría recordarte que ya no tienes gracia.
Que tu estilo casual y que tu desenfado
resultan truculentos
cuando se tienen más de treinta años

entre otras perlitas que se dice a sí mismo. Curiosamente no aparece, en cambio, mi poema favorito del autor (y creo que también el suyo propio), el de «Que la vida iba en serio…» que muchos estudiantes de la Complutense recordarán del metro.

Como no puedo parar de iniciar nuevos proyectos, estas semanas he empezado con uno de los libros que tenía en la mente, el de una antología de toda la poesía en español con todos los poemas convenientemente comentados a la manera de Miguel Díez R. y Paz Díez Taboada en la de Cátedra, pero de una forma más cercana, sistemática y exhaustiva. Y esto como germen para mi idea de crear una especie de IMDB con fichas de poemas. El poema por el que he empezado son las Coplas a la muerte de su padre de Jorge Manrique, lo que me ha hecho leer bastante sobre ellas y sobre él.

Leo que a la autora mexicana Coral Bracho le han dado el Premio Internacional de Poesía Ciudad de Granada-Federico García Lorca, un premio que empezó concediéndose a autores que escribían poesía de la experiencia —ya sabéis, esa de tono cercano que impulsó entre otros García Montero—, pero ahora se entrega también a autores más novedosos. Confieso que he intentado varias veces hacerme con la poesía de Coral Bracho a través de los poemas que se incluyen en la interesante antología Las ínsulas extrañas, pero no lo consigo.

Vi el domingo el Imprescindibles de «Manuel Machado o la edad de la poesía». Como suele ocurrir con documentales de este tipo, es innecesariamente tendencioso: parecen más interesados en desvincular al poeta del régimen franquista que en demostrar lo buen poeta que sin duda era. Y así, aunque recitan «Adelfos» (qué menos) con versos como

Mi voluntad se ha muerto una noche de luna
en que era muy hermoso no pensar ni querer…
Mi ideal es tenderme, sin ilusión ninguna…
De cuando en cuando, un beso y un nombre de mujer.

se saltan muchos otros como

La vida está triste.
El mundo está feo.
Los jóvenes piensan
y sienten los viejos.

Es cierto que Manuel no tiene el duende que justifica la mayor fama de Antonio, pero, ya que haces un documental suyo para reivindicar su poesía, aprovecha para compartir sus versos más poéticos, ¿no? Aun así, me ha hecho por fin decidirme a comprar El querido hermano de Joaquín Pérez Azaústre, que trata precisamente la relación entre Antonio y Manuel.

Por último, he estado leyendo poemas de otros muchos autores (desordenadamente, para variar), como Saint-John Perse, Shakespeare, Juan Ramón Jiménez o Campoamor, ese poeta español no muy recordado, pero con poemas brillantes como el de «El tren expreso» (presente en numerosas antologías) o el que compartimos en uno de los #HoyUnVerso de esta semana:

Ni te tengo que pagar,
ni me quedas a deber;
si yo te enseñé a querer,
tú me enseñaste a olvidar.

También he estado escribiendo guiones para Botones por el suelo, el espacio poético que he creado en Spotify.

Nos vemos en la siguiente entrega.

Suscríbete a nuestro boletín

Te enviaremos novedades sobre Maresía y otras cuestiones de poesía.

Comentarios

Deja el primer comentario